Los anticonceptivos y la disponibilidad de tratamientos para las ITS bajaron la conciencia de riesgo. CĆĀ³mo usar un condĆĀ³n peneano.
A pesar de tanta agua transcurrida bajo el puente, pasadas casi dos dĀcadas del siglo XXI el sexo sigue siendo tabĆĀŗ. Las encendidas discusiones argentinas en torno de la ESI son clara muestra de ello. Y ese tabĆĀŗ tiene efectos sobre la salud: las infecciones de transmisiĆĀ³n sexual son un problema de salud pĆĀŗblica vigente y grave. Un informe de la BBC da cuenta de que cuatro bacterias en general desconocidas por la poblaciĆĀ³n amenazan con convertirse en un (nuevo, como si no hubiera muchos ya) problema serio. Y todo indica que las causas de esa amenaza son “viejas conocidas”: el mal uso (con abuso incluido) de los antibiĆĀ³ticos y la disminuciĆĀ³n del uso del preservativo de forma correcta y consistente. De hecho, datos relevados por AHF Argentina (Aids Healthcare Foundation) son preocupantes. “Durante los testeos rĆĀ”pidos de VIH realizados en 2017, sĆĀ³lo el 14,5 % afirmĆĀ³ las utiliza siempre preservativo, el 65 % lo usa en algunas oportunidades y el 20,5 %, nunca. En total respondieron 30.013 personas”, informĆĀ³ Natalia Haag, coordinadora Nacional de PrevenciĆĀ³n y Testeo de AHF Argentina.