El 1o de diciembre, el “DÃa Mundial del SIDA”, mientras reflexionamos sobre el grave impacto del VIH/SIDA en los últimos 40 años, nos encontramos frente a un precipicio donde todos los avances que hemos logrado están en peligro. La marea comenzó a cambiar en contra de la epidemia de VIH/SIDA cuando anunciamos el cóctel de medicamentos para el tratamiento antirretroviral (Highly Active Antiretroviral Therapy [HAART]), en la Conferencia International del SIDA en Vancouver en 1996. HAART, por primera vez, nos permitió prevenir la progresión de la infección por VIH a SIDA asà tambin como las muertes prematuras relacionadas al SIDA.
El reconocimiento, a principios de la dcada de 2000, de que el HAART tambin previene la transmisión del VIH sirvió como la base para recomendar el inicio de la misma inmediatamente despus del diagnóstico de VIH, para acelerar el control global del VIH/SIDA.1 Denominamos a la estrategia el “Tratamiento para la Prevención” (Treatment as Prevention [TasP]) ya que la terapia antirretroviral simultáneamente frena: 1) la progresión al SIDA, 2) la mortalidad precoz, y sin necesidad de una inversión adicional, 3) la transmisión del VIH.1,2,3 Es importante recalcar que la estrategia del TasP logra estos tres objetivos en forma altamente costo-efectiva a corto plazo, y genera ahorro de costos a largo plazo.4,5
En 2014, trabajando con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas (ONU) sobre el VIH/SIDA, desarrollamos dos metas secuenciales, consistentes de tres componentes que cuantifican i) la proporción de personas que viven con el VIH que deben ser diagnosticar, ii) la proporción de personas diagnosticadas que deben estar tratadas con HAART, y iii) la proporción de personas tratadas con HAART que deben tener supresión virológica consistente para los años 2020 y 2025.1 Diseñamos estos objetivos, inspirados en TasP, especÃficamente para lograr una disminución del 90% en la mortalidad por SIDA y una disminución del 90% en nuevos casos de infecciones por VIH para el año 2030 y asà cumplir con el objetivo propuesto de “Acabar con la pandemia de VIH/SIDA para el año 2030”. La ONU aprobó formalmente la Meta del 90-90-90 para el año 2020 en la Asamblea General del 2015 y la subsecuente Meta del 95-95-95 para el año 2025 en la Asamblea General del 2021.6
A pesar de que algunas jurisdicciones han logrado progresos significativos en referencia a la Meta de la ONU del 90-90-90 para el año 2020, lamentablemente, la falta de liderazgo acadmico y polÃtico asà tambin como la falta de recursos han obstaculizado el progreso en muchas regiones del mundo. Más recientemente, esto se ha visto agravado por la emergencia de la pandemia de COVID-19 y las medidas de salud pública destinadas a controlar este nuevo virus, lo que condujo a la disrupción de los servicios mdicos, incluida la disminución del testeo para el VIH, interrupciones en el suministro de los tratamientos, y la redirección de fondos hacia otras prioridades, incluyendo el COVID-19.7
La experiencia en Canadá resulta de inters para ilustrar la necesidad imperiosa de implementar en forma óptima la estrategia del TasP para lograr el objetivo de “Acabar con la pandemia de VIH/SIDA”. En Julio 2022, en anticipación de la 24ª Conferencia Internacional del SIDA en Montreal, la Agencia de Salud Pública de Canadá (“Public Health Agency of Canada” ó PHAC) publicó una actualización epidemiológica sobre el VIH/SIDA, como lo hace en forma rutinaria cada dos años.8 Desafortunadamente, los resultados fueron decepcionantes, ya que los casos incidentes de VIH en Canadá continúan estables en forma recalcitrante desde la dcada de 1990. De todas maneras, existe un marcado contraste entre la situación epidemiológica en la provincia de la Columbia Británica (BC) y el resto de Canadá. Los casos incidentes de VIH alcanzaron su punto máximo en Canadá y BC a mediados de los años 80. Subsecuentemente, en gran medida debido a la modificación del comportamiento (principalmente la disminución de las prácticas sexuales de alto riesgo) se produjo una reducción marcada de los casos incidentes en todo Canadá. Pero a partir del año 1996, el curso de la epidemia divergió: en BC vimos una disminución consistente en los casos incidentes de VIH hasta fines del 2020, pero en el resto de Canadá, los casos incidentes permanecieron prácticamente inmutables durante las últimas dos dcadas.
La razón de esta discrepancia se debe al xito de la estrategia del TasP en BC, donde se originó la misma.2,9 Para ilustrar mejor este punto, debemos considerar el progreso en BC y el resto de Canadá basado en la Meta del 90-90-90 para el año 2020.10 Entonces vemos que BC, las jurisdicciones más pequeñas de Nueva Escocia, Terranova y Labrador y los Territorios (incluidos Yukón, Territorios del Noroeste y Nunavut) son las únicas jurisdicciones canadienses que superaron los tres componentes de la Meta.